martes, 22 de diciembre de 2009

Incubus y Sucubos

El Súcubo: (del latín succŭbus, de succubare, «reposar debajo»), según las leyendas medievales occidentales, es un demonio que toma la forma de una mujer guapa para seducir a los hombres, sobre todo a los monjes, en sus sueños, para tener relaciones sexuales con ellos. De esta manera, absorben la energía del hombre para mantenerse, y a menudo, llegan hasta tal punto, que pueden dejarlo agotado o incluso matarlo.

El Íncubo: (del latín incubare, “yacer”, “acostarse” - “me acuesto sobre ti”) es un demonio masculino en la creencia popular europea de la Edad Media. Al igual que su versión femenina, busca tener relaciones sexuales con los humanos, en su caso las mujeres. Las víctimas viven la experiencia como en un sueño sin poder despertar de éste.


Historia
A largo de la historia la demonología católica ha afirmado que existen demonios masculinos y femeninos capaces de tener contactos sexuales con los humanos. Y, lejos de ser un MITO ANTIGUO, para algunas personas la existencia de esas criaturas es una realidad actual.

Raquel Joana, sacerdotisa de la Iglesia de Satán, Confidencias de una Bruja.
“Me había acostado muy cansada aquella noche, pero no estaba dormida cuando sentí una presión en un seno. Notaba perfectamente como lo apretaba con lujuria y me excite. Sentí como unas manos recorrían mi cuerpo y como apartaban la ropa de la cama. Y, por fin, sentí la penetración. Un gran pene rugoso me penetraba con fuerza, sabia quién era ese ser y eso me excitaba más. Y, por fin, tuve un orgasmo brutal. Era mi primer orgasmo con el Diablo y desde entonces estoy absolutamente enamorada de él. Ya no podría amar a ningún hombre, por que he conocido el placer con los demonios y ningún hombre puede estar a la altura de eso.”

En sus confesiones, las victimas del tormento describían a los demonios de las formas más diversas. Las mujeres seducidas describían a veces el falo de los incubos como un miembro tan grande como su antebrazo, y otras como más pequeño que el meñique. El semen era, para unas frío como el hielo, y para otras ardiente como las brasas, la descripción más habitual de estos “visitantes de alcoba” como hombrecitos de baja estatura, cabello revuelto y gran pene siempre erecto, que tenían dolorosos encuentros sexuales con sus victimas, pudiendo llegar a dejarla embarazada (según una antigua tradición así nacerá el anticristo, como el fruto de una violación de un incubo a una virgen).


Al despertar de no ser por restos de sangre, las (o los) violadas (os) solo recuerdan la experiencia como un sueño erótico.

La represión sexual ha desatado las fantasías mas disparatadas en los inquisidores y demonólogos; el celebré teólogo del S.XVI Silvester Prieries (autor de De Stringimagis) asegura que algunos íncubos tenían el pene bifurcado cual lengua de serpiente ó en forma de tridente, para poder penetrar anal y vaginalmente a la bruja multiplicando el goce, quien a su vez realizaba una felación.

Los incubos tiene predilección de tomar energías sexuales a través de su sexualidad, para alimentarse hasta agotarlas física y mentalmente.

Los súcubos tratan de extraer de los hombres el germen de la vida y llevárselo hasta un centro de reunión con el fin conciso de alimentarse de las energías vitales del contacto físico-espiritual de su sexualidad.

En el S.XIII santo Tomas de Aquino en su Summa Theologica... “no obstante si en ocasiones nacen niños como fruto del comercio carnal con demonios, no se debe al semen que estos emiten, ni a los cuerpos que adoptan, si no al semen extraído de un hombre con este propósito, pues el mismo demonio que actúa como súcubo para un hombre se transforma en íncubo para una mujer.


En el S.XVIII, el papa Benedicto XIV resumió el pensamiento eclesiástico de su época con esta frase, referida a los íncubos y súcubos:

Púes mientras que casi todas las autoridades admiten la copúla, ciertos autores niegan que puedan haber descendencia (...) otros sostienen que pueden haber hijos y dicen que esto ha sucedido en realidad... dígase que una condición del placer era la esterilidad, y ciertamente una vieja SUPERSTICION prueba que ciertas figuras de la Historia deben la vida a un íncubos.

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