Todos tenemos sueños, algunos son en estado de inconciencia, otros, como el de hoy, fue en el estado mas lucido del ser…
De manera casi improvisada nos reunimos un pequeño grupo de amigos, con un sueño en común…
EL CAMBIO… pero no ese que se dice de dientes para afuera, sino el cambio de que irradia de uno mismo por la convicción, de una necesidad social; el dejar a un lado y para siempre el YO de HOY, para buscar el bienestar del NOSOTROS de MAÑANA…
Recorrí avenida Juárez rumbo al palacio de bellas artes, lugar de nuestra cita… desde ese momento la magia flotaba en el aire…
Cientos de personas con el mismo sueño, con el mismo ideal…
Cada espacio, cada grupo, cada mirada era una fiesta, un carnaval…
Caminar por madero y encontrar a más “hermanos”…
Entrar al Zócalo… casi imposible; la paciencia y perseverancia nos llena casi al centro de la plaza, ir más lejos de ese punto… si es imposible…
La expectativa, las bromas, los pequeños momentos de reflexión, los gritos…
Cada instante se siente en los huesos, y después de un rato, y sin saber que el protagonista al verse imposibilitado de llegar a la cita caminando, nos sorprendió llegando en metro…
Las palabras fluyen, la emoción crece; saber que el sueño es casi una realidad, solamente falta evitar que otros quieran seguir en sus pesadillas y hacerlas nuestras…
“Así como ustedes me quieren, yo los quiero…”
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