sábado, 13 de febrero de 2010

Los Tamales

Un hombre estaba postrado en su cama, en estado terminal...

Le quedaban pocas horas de vida...


De repente percibe el inconfundible el aroma de tamales recién hechos, calientitos...


Para él no había nada mejor en el mundo que los tamales de su mujer Chepa.


Haciendo un esfuerzo sobrehumano, baja las escaleras y al tiempo que se dirige al comedor se va impregnando del vaporcito que le lleva el aroma a masa de maíz, carne de puerco y de pollo, que desde la cocina emanaba.


Llega hasta la mesa de madera donde se encontraban extendidos los suculentos tamales.


Cuando, repentinamente, siente un fuerte golpe en la cabeza que lo tumba sobre la mesa...

Tratando de no desplomarse, hace por voltear la vista y alcanza a ver a su mujer con un rodillo macizo de madera en la mano, diciéndole:


- Ni se te ocurra, cabrón..., ¡Son pa´l velorio! -

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