Derrotado, Luzbel recibió una durísima sentencia: Dios le arrebató su rango, lo rebautizó como Satán, “El adversario” y lo envió al Infierno junto con los otros ángeles que se convirtieron en demonios.
Pero, aún después de no lograr convencer a la mayoría de los ángeles a favor de su causa, Satán no consideró que todo se habría perdido. Había razones por las cuales Satán se sentía seguro del éxito final de su rebelión. Y los acontecimientos iban a probar que él tenía razón.
Tiziano Vecellio de Gregorio, uno de los principales representantes renacentistas
de la escuela pictórica veneciana del siglo XVI,
pintó el Adán y Eva en una fecha tardía de su vida.