sábado, 27 de junio de 2009

Misoginia y…

Un misógino es el que tiene aversión a las mujeres, ¿cómo se diría una mujer que tiene aversión a los hombres?

La misandria es el odio a los varones. Proviene del griego μισανδρία misandría, de μισεǐν miseín: “odio” άνδρός andros, “hombre”. Por etimología es el directo antónimo de misoginia.

La Real Academia Española aun no la contempla como palabra española, y como antónimo de "misoginia" (“odio a la mujer”) utiliza "androfobia" (“horror al varón”), que en realidad es el antónimo de ginefobia (esta palabra sí aceptada por la RAE). El griego fobos significa “fobia, miedo”, en cambio miseín significa “odio”.

Esta palabra surge a finales del siglo XX por la aparición (mediados de ese siglo) de una cultura feminista que -en algunas organizaciones de ideologías extremistas- raya en el odio al hombre (otra forma de sexismo).

En lo particular, considero deplorable por cualquiera de las dos partes, tanto mujeres como hombres, el uso, acción y consecuencias de cualquiera de los dos términos…

Pero en nuestra sociedad se considera ya común el uso de burlas y ridiculizaciones de un genero al otro y viceversa…

He aquí una colección de frases con las que algunas chicas “androfobicas”, batean a los hombres que consideran “inferiores” o simplemente las utilizan para sentirse con el “poder”…

H: ¿No te ví en algún otro lugar antes?
M: Sí, por eso no voy más a ese lugar.

H: Te conozco de algún lado, pero no sé de dónde.
M: Puede ser, yo soy recepcionista en la clínica para hombres con problemas sexuales.

H: ¿Está vacío este asiento?
M: Sí y el mío también va a estar vacío si te sientas ahí.

H: ¿Quieres venir a mi casa?
M: Mmmmmm, no sé… ¿Dos personas caben debajo de una piedra?

H: ¿Tu casa o la mía?
M: Las dos… tú a la tuya y yo a la mía.

H: Hola, me muero por conocerte… dame tu número.
M: Está en la guía.
H: Sí, pero no sé tu nombre.
M: También está en la guía.

H: Perdona, ¿cuál es tu signo?
M: “Prohibido estacionarse.”

H: Anda, no te hagas la difícil, los dos estamos en este bar por el mismo motivo.
M: Sí, tienes razón… ¡Vamos a levantarnos unas viejas!

H: Yo sé como hacerte feliz.
M: Entonces ya sabes que tienes que irte…

H: Si me dejaras, me entregaría a ti por completo.
M: Lo lamento, no acepto regalos baratos…

H: Puedo ver que me deseas.
M: Uuuy, es cierto… te deseo fuera de aquí.

H: Si te viera desnuda, me moriría feliz.
M: Y yo, si te viera desnudo, me moriría de la risa.

H: Haría lo que fuera por ti.
M: Bueno, empecemos con la cuenta bancaria.

H: Por ti iría hasta el fin del mundo.
M: Mmmm, me encanta… ¡¡¡¡Pero te estás tardando, papacito!!!

Un simple NO GRACIAS, resuelve todo.

Claro, si el sujeto no entiende… hagan lo que consideren pertinente.

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