El pasado 15 de abril se dio a conocer al ganador del Concurso del Arco del Bicentenario, patrocinado por el Gobierno del Distrito Federal.
El objetivo de dicho monumento, como lo dice su nombre, es el de conmemorar los 200 años de la Independencia de México.
Como arquitecto me encuentro muy confundido respecto a la elección por parte de los jurados del tema ganador; del cual no puedo hablar de forma positiva, ya que por si mismo, no dice nada.
Si hay algo que trato de promover el los estudiantes de arquitectura, es que el análisis del tema es primordial respecto a la realización de propuestas, y en este proyecto yo solamente puedo ver un vacío conceptual.
Pongamos el caso de un pintor, como artista independiente, sus obras están creadas en base a las emociones y percepciones que el tiene del mundo, y las reinterpreta a través de sus obras, las cuales no necesariamente tienen que ser comprendidas por los observadores, ya que habría que estar en sintonía con el autor para entender los motivos y estímulos que le inspiraron para la realización de la misma; de hecho ese es el objetivo del arte, que sea una expresión totalmente personal.
Pero ahora bien, el caso de nosotros los arquitectos es muy complicado, ya que dependemos de un patrocinador (cliente) que nos dará las determinantes y directrices que deberá tener nuestra realización; en el caso de una obra de impacto urbano, no podemos darnos la libertad de vaciar nuestros conceptos, ya que estamos ligeramente condicionados por los contextos político, económico, histórico, social, urbano y demás, para que esta obra o propuesta adquiera un valor, y pueda integrarse al colectivo social, ya que deberá de ser leída e interpretada por la mayoría de los observadores, de tal forma que se identifiquen con la misma y la puedan adoptar como parte de la imagen urbana de nuestra megalópolis.
Ahora bien, el proyecto, puede o no ser bueno, pero definitivamente no refleja un concepto, esto lo respaldo con la entrevista que ofreció su realizador el pasado 3 de Mayo a Milenio Televisión, donde la entrevistadora le cuestiono entre otras cosas respecto al posible plagio respecto a la obra del faro del comercio en Monterrey… pero al cuestionas respecto al concepto, el arquitecto dio una respuesta carente de significado.
Por lo tanto lo único que puedo pensar, es que el jurado de este concurso, no tiene la menor idea de lo que es el simbolismo o la imagen urbana, y se dejaron llevar por el canto de las sirenas, para que mostrar al exterior que la arquitectura de México forma parte del primer mundo.
El objetivo de dicho monumento, como lo dice su nombre, es el de conmemorar los 200 años de la Independencia de México.
Como arquitecto me encuentro muy confundido respecto a la elección por parte de los jurados del tema ganador; del cual no puedo hablar de forma positiva, ya que por si mismo, no dice nada.
Si hay algo que trato de promover el los estudiantes de arquitectura, es que el análisis del tema es primordial respecto a la realización de propuestas, y en este proyecto yo solamente puedo ver un vacío conceptual.
Pongamos el caso de un pintor, como artista independiente, sus obras están creadas en base a las emociones y percepciones que el tiene del mundo, y las reinterpreta a través de sus obras, las cuales no necesariamente tienen que ser comprendidas por los observadores, ya que habría que estar en sintonía con el autor para entender los motivos y estímulos que le inspiraron para la realización de la misma; de hecho ese es el objetivo del arte, que sea una expresión totalmente personal.
Pero ahora bien, el caso de nosotros los arquitectos es muy complicado, ya que dependemos de un patrocinador (cliente) que nos dará las determinantes y directrices que deberá tener nuestra realización; en el caso de una obra de impacto urbano, no podemos darnos la libertad de vaciar nuestros conceptos, ya que estamos ligeramente condicionados por los contextos político, económico, histórico, social, urbano y demás, para que esta obra o propuesta adquiera un valor, y pueda integrarse al colectivo social, ya que deberá de ser leída e interpretada por la mayoría de los observadores, de tal forma que se identifiquen con la misma y la puedan adoptar como parte de la imagen urbana de nuestra megalópolis.
Ahora bien, el proyecto, puede o no ser bueno, pero definitivamente no refleja un concepto, esto lo respaldo con la entrevista que ofreció su realizador el pasado 3 de Mayo a Milenio Televisión, donde la entrevistadora le cuestiono entre otras cosas respecto al posible plagio respecto a la obra del faro del comercio en Monterrey… pero al cuestionas respecto al concepto, el arquitecto dio una respuesta carente de significado.
Por lo tanto lo único que puedo pensar, es que el jurado de este concurso, no tiene la menor idea de lo que es el simbolismo o la imagen urbana, y se dejaron llevar por el canto de las sirenas, para que mostrar al exterior que la arquitectura de México forma parte del primer mundo.
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