Muchas veces cometemos el error de actuar sin pensar en las consecuencias de nuestros actos y siendo egoístas, sólo pensamos en nuestro bien sin pensar en cómo repercutirá en las personas que me rodean el realizar cierto acto. O también pensamos que este acto será de total beneficio para nuestra familia o amigos y no contamos con la posibilidad en que las consecuencias nos resulten totalmente diferentes a lo que esperábamos.
Otro caso parecido podría ser el del doctor Víctor Frankestein, el cual se narra en la obra de Shelley, en la cual este hombre movido por el estudio busca sin descansar hasta que logra su objetivo que era reanimar la materia muerta creando así a un monstruo que se convirtió en el asesino de la gente a la que el doctor más quería.
Al esmerarse tanto en su proyecto el doctor Frankestein siendo egoísta olvido las consecuencias que este caso fueron mortales para sus seres queridos los cuales quiso vengar muriendo en el intento.
Esta novela, aparte de presentar características de la corriente romántica como gusto por los ambientes nocturnos y sepulcrales, preeminencia del sentimiento sobre la razón y sentimiento de incomprensión; pienso que es una buena lectura para hacernos reflexionar y pensar en las consecuencias antes de actuar.
Por lo tanto considero que cuando tengamos un proyecto que creamos que vaya a ser bueno no sólo hay que pensar en que será benéfico únicamente para nosotros mismos sino también en las consecuencias malignas que podrían repercutir de este proyecto en mí mismo y en la gente que me rodea y así evitar un gran problema a futuro como el que sufrió el doctor Víctor Frankestein.
Aporte de: Dhig
Aporte de: Dhig
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