Hace poco fui a la zona arqueológica de Teotihuacán.
Debo señalar que a mí siempre me ha gustado visitar este tipo de lugares, afortunadamente he tenido la oportunidad de visitar diferentes zonas como el Tajín en Veracruz, la Venta en Tabasco, Palenque en Yucatán, Monte Albán en Oaxaca, el Templo Mayor en el centro de la Ciudad de México, entre otros.
Y en todas ellas hay situaciones similares, como son el poco mantenimiento que se le da a las construcciones, y es de esperarse, pues comúnmente tenemos la idea de que como esta en nuestro país no debe de costarnos la entrada pero nunca nos hemos puesto a pensar en que el lugar necesita de recursos económicos para poder mantenerse; y otra es que generalmente vemos personas de otros países recorriendo estos lugares, lo que nos indica que a poca gente de México le interesa conocer la historia.
Así es, tristemente, en México no existe interés alguno por conocer sus raíces y lo peor es que tampoco a los pequeños se les está inculcando de algún modo la idea de visitar estos espacios.
Otro de los motivos por los que me gusta ir a estas zonas y leer acerca de las culturas es que puedo aprender muchas ideas de estas personas, como lo son la forma en que estaban organizados para poder llegar a un fin común, esto nos habla del arte colectivo, es decir, trabajar juntos y lograr cosas buenas para su pueblo.
En cuanto al conjunto de edificaciones construidas en Teotihuacán, me agrada la manera en que los espacios se comunican, tienen un punto inicial y uno final perfectamente definido y se puede entrar y salir cuando se desea.
En cuanto al conjunto de edificaciones construidas en Teotihuacán, me agrada la manera en que los espacios se comunican, tienen un punto inicial y uno final perfectamente definido y se puede entrar y salir cuando se desea.
La sucesión de llenos y vacíos es interesante porque nos habla de que los edificios estaban completamente adecuados a la superficie del terreno, y al mismo tiempo logran dividir a la población dentro del conjunto, según sus actividades, para tener un mayor orden entre los habitantes.
De todas las veces que he ido a recorrer ese sitio, he terminado cansada, pero vale mucho la pena porque todo el tiempo aprendo cosas diferentes y puedo percibir y entender más la manera en que estuvo confinada la ciudad y como el habitante teotihuacano decidía vivir en ese tiempo.Aporte: La introvertida
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