viernes, 27 de mayo de 2011

De la dependencia tecnológica…

En estos tiempos, donde todo gira alrededor de la tecnología, en raras ocasiones nos ponemos a analizar lo que esto implica. Un ejemplo claro de esto, es la dependencia que hemos generado en torno a ella. Donde las generaciones en desarrollo no imaginan un mundo en el cual no existan medios de consulta online, videojuegos, ipods, celulares con cámara y demás artilugios que consideramos “indispensables”.
 
 


En un mundo en el cual, la tecnología ha tomado un papel importante, la falta de esta ocasiona ansiedad y, generalmente, frustración cuando falla. Pongamos un ejemplo: Estamos navegando por la web, cuando, sin previo aviso, se pierde la  conexión a internet; lo primero que hacemos, es refrescar el navegador una y otra vez, si vemos que no funciona, automáticamente checamos si existe conexión, luego, nos desesperamos y corremos al modem para verificar que funcione bien; dos o tres reinicios después, y cuando vemos que es problema del proveedor, automáticamente comenzamos a despotricar contra él.
 
En el momento en el que vuelve, nos sentimos aliviados, como si nos hubieran regresado una parte esencial de nosotros. Pareciera que, sin acceso a Internet, no pudiéramos establecer contacto con el mundo exterior; ¿Cuantas veces en el último mes, hemos hablado con nuestros amigos por la línea fija? Preferimos el uso de mensajeros instantáneos, o de mensajes de texto, aun sabiendo que ellos están en sus casas, a tomar el teléfono y hablar directamente con ellos.


Otro ejemplo común, en muchas de las veces es el sentimiento de ira y/o enojo cuando no nos contestan ese correo, o cuando no devuelven a la brevedad ese mensaje que para nosotros es muy importante; como si, por el hecho poder estar en contacto permanente, nos obligara a estar siempre disponible para las demás personas.
 
Caer en estos niveles, es un síntoma de que la tecnología no es nuestra herramienta, sino que se volvió virtualmente una parte demasiado importante en el quehacer diario.
 
 

Creo que, como todo, la tecnología es una herramienta que puede ser buena o mala, dependiendo de qué tanto nos involucremos con ella y hasta qué punto esta nos afecta.

Por: Monoc®

1 comentario:

  1. Yo soy adicta, me declaro co-dependiente de mi smartophone, despotirco contra mi compañía de telefonía móvil cada vez que no puedo enviar un mensaje o revisar mi twitter, siento que me quitan la voz!
    Alejandra

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