viernes, 22 de abril de 2011

Del destino y el conformismo

Las cosas, siempre llegan en el momento en que deben de llegar, ni antes ni después. Es algo que siempre escucho, cuando las cosas no nos salen del modo que queremos o la vida nos trastorna con uno de sus inexplicables lecciones sobre cómo debemos vivirla.


Supongo que en cierto modo, yo también lo he dicho a alguien que alguna vez me ha pedido algún consejo y al no saber qué decir, le he repetido lo mimo: las cosas suceden porque si. Si lo analizamos el hecho de creer en un destino, implica de cierto modo, que estamos sujetos a las designamos que este nos ponga sean malos o buenos, lo aceptamos como algo inevitable, creemos que el destino, la vida o dios ha decidido que sea así y no ocurra de otra forma lo cual es cierto hasta cierto punto. Me parece, una de las mejores formas de tomar la vida, aunque no deja de caer en la mediocridad. SI, la mediocridad.
Vamos por la vida tratando de hacerlo lo mejor posible, de vivirla recuerdo a lo que nuestro padres, familiares y demás conocidos, nos han dicho que es lo correcto, lo que debemos de hacer, aunque muchas de esas cosas que son aceptadas por el estándar de la sociedad no representen algo lógico para nosotros. Es aquí donde entra mi idea, tal vez muy tonta o tal vez muy reveladora, y es que el hecho de decir que todo pasa por algo, por una razón en lo particular, me parece la forma más fácil de zafarse del problema. Eso que ustedes llaman destino a mi me parece puro conformismo. Creo que como seres humanos es una parte inevitable de la vida el tropezar y cometer errores, de hecho prefiero equivocarme y aprender, que hacer solo lo correcto y vivir creyendo que soy prefecto, hay mas merito en desear alcanzar la perfección que vivir engañado por ella. Del mismo modo me parece muy humano, el hecho de afrontar los problemas que nos surjan y hacerles frente, sin temor y al mismo tiempo el hecho de huir de los problemas, tampoco me parce malo, caer en el conformismo no siempre es vivir como las demás personas quieren en ciertos casos es crecer.
Cuantas veces no hemos deseado alcanzar algo con todas nuestras fuerzas, quizás alguna meta en particular, la chica de nuestros sueños o como muchos la fama efímera. Algunos afortunados (o desafortunados según se vea después) la pueden alcanzar sin ningún problema y hay otros como yo, que muchas veces, no logramos alcanzar lo que queremos, y escuchamos las palabras “es cosa del destino” y uno se queda ahí, impotente ante esas palabras, sabiendo que son tan dolorosamente ciertas, y aun así, lo aborrecemos, aborrecemos que sea tan dolorosa una realidad así. Nos lamentamos y vivimos nuestro periodo de duelo y nos lamentamos como niñas el hecho de no obtenerlo y eventualmente (si aun no te has metido un tiro) y poco a poco, el tiempo nos hace caer en cuenta, de que la vida sigue y que esos sueños pueden o no hacerse en un futuro, igual y los mas resignados lo aceptan y siguen con su vida muy a su pesar y los que no, pues, no les queda de otra más que seguir el mismo camino... o seguir luchando?... Inevitablemente cualquiera de las dos, nos lleva a tomar una actitud final en la cual por una fan de nuestro propio subconsciente de vernos estables, nos conformamos con lo que pasa, con lo designios de la vida, ya no  es nuestro trabajo decidir, decimos, es cosa de la vida, y un día, nos levantamos y vemos que la vida parece tener sentido de nuevo, y todo es más llevadero, es ahí cuando caemos en la aceptación es cuando caemos en el conformismo… Y a veces es mejor eso que luchar por algo que no valga la pena.
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